martes, 29 de noviembre de 2011

REYES DEL DESPOTISMO ILUSTRADO

CARLOS III DE ESPAÑA:(1716-1788), rey de las Dos Sicilias (1734-1759) y rey de España (1759-1788), el representante más genuino del despotismo ilustrado español.
Hijo del rey español Felipe V y de Isabel de Farnesio, nació el 20 de enero de 1716 en Madrid. Heredó de su madre en 1731 el ducado italiano de Parma, el cual ejerció hasta 1735, junto al de Plasencia (Piacenza), bajo la tutela de su abuela materna (Dorotea Sofía de Neoburgo). Después de que su padre invadiera en 1734 Nápoles y Sicilia, al año siguiente, y por medio de la firma del Tratado de Viena —que ponía fin a la guerra de Sucesión polaca—, fue reconocido como rey de las Dos Sicilias (título que recogía los dos reinos italianos de Nápoles y de Sicilia, que ya ejercía desde un año antes) con el nombre de Carlos VII. Como tal, adoptó reformas administrativas considerables y llevó a cabo una política de obras públicas que embellecieron la capital napolitana. En 1738, contrajo matrimonio con María Amalia de Sajonia. 


FESERICO II DE PRUSIA:Por esa misma esa época, cuando la poderosa Rusia se perfilaba en el horizonte de Europa, comenzó a formarse una topera en el estercolero del Imperio alemán: Brandemburgo-Prusia. Federico Guillermo, el gran príncipe elector, había preparado el terreno (1640-1688), pues siguiendo el modelo francés, había modernizado la administración, creado un ejército permanente y dado una orientación mercantilista a la política económica
CATALINA II DE RUSIA:creció en Mariemburgo como criada de Glück, un pastor luterano. La ciudad fue tomada y Catalina se hizo concubina. Utilizando como escalera las camas de los comandantes, logró alcanzar el lecho del zar.
Este llegó a no poder prescindir de Catalina, quien compartía sin quejarse su cama de campaña, lo tranquilizaba
 cuando las convulsiones se apoderaban de él y lo animaba cuando se sentía triste. Se casó con ella en 1712, y en 1724 la coronó zarina. Catalina consiguió lo que ya había conseguido Teodora, la esposa del emperador Justiniano I: ascender de prostituta a emperatriz.

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